Soy Amaranta S. Nací en Bahía Blanca (Pcia de Buenos Aires), Argentina, hace un poco más de 40 años. Me defino como una persona curiosa, divertida, empática, movediza, sensible, muy conversadora (siempre que me interese), honesta y justa. Mi infancia es un recuerdo feliz. Desde siempre he sido muy inquieta, y fue justamente ese estado de curiosidad cercano a la hiperkinesis lo que llevó a mis padres, después de sucesivos estudios y consultas con especialistas, a vincularme con el deporte.

Si bien desde mis 10 años me he dedicado al tenis, desde que tengo uso de razón hasta la fecha no he dejado de jugar y de divertirme todo el tiempo con distintos deportes y actividades.

A mis 15 años, de la mano de mis profes Fer y Ale, empecé a entrenar con más intensidad. Viajé a Buenos Aires a entrenar y jugar interclubes en CARP. Desde ese momento asumí con mayor compromiso el entrenamiento y competencia del tenis, pero sin dejar de lado los intercolegiales de atletismo, voley y cestoball que también eran sagrados. La pasión por competir se sentía en el aire, algo así como una apuesta personal para probarme, para tantear si en un futuro sería viable dedicarme al tenis profesional. Mientras tanto entrenaba en cuanto club podía en mi ciudad.

A los 17 años, finalicé mi colegio secundario y decidí ir a Buenos Aires , donde vivía mi hermana mayor para hacer el ingreso a Medicina.  Me inscribí en la UBA para hacer el CBC y, ya con mis cuadernillos en mano, me puse a estudiar. Siempre me inquietaron los conocimientos sobre el cuerpo humano. Sin embargo, el llamado de la cancha empezaba a ser un imperativo que no podía eludir, y decidí cambiar mi rumbo:  comencé a entrenar y jugar para acceder al circuito WTA.

 A decir verdad, sigo creyendo que fue la mejor elección que pude haber hecho porque en esos años, que no fueron fáciles, encontré mi pasión en la vida, a pesar de que las cuestiones económicas hicieron que cada vez fuera más costoso seguir en el ambiente. Además de los logros personales de haber madurado y haber aprendido a gestionar mi independencia, viví en carne propia los otros aprendizajes: el esfuerzo y dedicación de la preparación física, técnica, táctica y mental, una buena alimentación, un buen descanso para generar buenos hábitos.

Fue entonces cuando entendí que en verdad mi propósito estaba relacionado a la salud pero especialmente con la mirada puesta sobre la gente sana. Desestimé las opciones de Medicina y kinesiología porque sentí que lo que realmente quería era formarme para brindar bienestar, para prevenir lesiones y enfermedades. Comencé a estudiar el Profesorado de Educación Física con especialidad en Primera Infancia y a la vez realicé la carrera de Instructorado y Entrenadora Nacional de tenis en el Cenard.

Así fue que cambió mi vida. Disfruté de cada materia y práctica realizada en ambas carreras. Cursaba a la mañana y a la tardecita a primera hora de la tarde en el Club Ciudad (donde terminé de jugar los Interclubes de Primera División) me dieron la posibilidad de dictar clases de Escuela de Tenis. Los fines de semana trabajé incansablemente en el country Los Cardales dictando clases para todos los niveles y edades. Dormir muy poco no me pesaba porque tenía la certeza de que iba por buen camino.

Luego de recibida trabajé en distintos clubes, lugares, ciudades y países donde también incursioné en el dictado de preparación física a juniors y gente en general del ámbito del tenis y hasta me animé a ser personal trainner de adultos. Mi prioridad siempre fue invertir en aprendizajes y luego vivir mis experiencias para poder transmitirlas mejor.

Finalmente, fundé TenisAmaranta, una academia con exclusiva atención y compromiso donde se pusieron de manifiesto los valores que creo son los que nos diferencian.

El compromiso profesional y personalizado con cada uno de nuestros alumnos parte del convencimiento de que la forma más efectiva es a través del juego, la recreación y la diversión, sin importar la edad, el sexo o nivel, ya que así el aprendizaje se incorpora más y mejor, sin dejar de lado el proceso y el tiempo que le lleve a cada individuo.

En conclusión, quiero brindar un ámbito deportivo donde se privilegie esa alegría y diversión que desde niña incorporé, junto con el esfuerzo, al aprendizaje o perfeccionamiento de las técnicas adecuadas para un mayor goce de la actividad física, evitando así lesiones a futuro, y asegurando la salud física, mental y hasta espiritual de quienes confían en nosotros.